Trouvé 264 Résultats pour: lavar los pies

  • Jonatán, trepando con pies y manos, subió seguido de su escudero. Los filisteos caían ante Jonatán, y su escudero los remataba. (I Samuel 14, 13)

  • Se echó a sus pies y dijo: "Que la culpa recaiga sobre mí, señor. Deja hablar a tu sierva y escucha mis palabras. (I Samuel 25, 24)

  • Ella se levantó, se postró rostro en tierra y dijo: "Tu sierva es como una esclava para lavar los pies de los siervos de mi señor". (I Samuel 25, 41)

  • Tus manos no estaban atadas, ni tus pies sujetos a los grillos. ¡Has caído como caen los criminales!". Y todo el pueblo continuó llorando por él. (II Samuel 3, 34)

  • David ordenó a sus servidores que los matasen. Les cortaron las manos y los pies y los colgaron cerca de la piscina de Hebrón. Tomaron también la cabeza de Isbaal y la enterraron en el sepulcro de Abner, en Hebrón. (II Samuel 4, 12)

  • El rey le preguntó: "¿Queda alguno de la casa de Saúl a quien yo pueda favorecer en nombre de Dios?". Sibá respondió: "Todavía queda un hijo de Jonatán, que está lisiado de ambos pies". (II Samuel 9, 3)

  • Pero Meribaal vivía en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; era cojo de ambos pies. (II Samuel 9, 13)

  • Después David dijo a Urías: "Baja a tu casa y lávate los pies". Urías salió del palacio y, tras él, le llevaron un obsequio de la mesa real. (II Samuel 11, 8)

  • No había en todo Israel un hombre que fuese tan celebrado por su belleza como Absalón. Desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza no había defecto alguno en él. (II Samuel 14, 25)

  • David subía la pendiente de los olivos; subía llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos, y todo el pueblo que le acompañaba iba también con la cabeza cubierta y llorando. (II Samuel 15, 30)

  • Entonces el rey dijo a Sibá: "Todo lo que pertenecía a Meribaal será tuyo". Y Sibá contestó: "A tus pies, gracias por el favor que me haces". (II Samuel 16, 4)

  • pasaron al otro lado y lo dispusieron todo para ayudar a pasar a la familia del rey y hacer lo que quisiera. Semeí, hijo de Guerá, se arrojó a los pies del rey cuando iba a pasar el Jordán, (II Samuel 19, 19)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina