Trouvé 26 Résultats pour: límite

  • El límite oriental era el Jordán. Ésta es la posesión de Benjamín, con todos sus límites, por clanes. (Josué 18, 20)

  • desde Sarid torcía al oriente al sol levante, hasta el límite de Quislot Tabor, se dirigía hacia Daberat y subía a Yafia; (Josué 19, 12)

  • Saúl estaba sentado en el límite de Guibeá, debajo del granado que hay en Migrón; le acompañaban unos seiscientos hombres. (I Samuel 14, 2)

  • Puesto que están contados ya sus días, si por ti está fijada la cuenta de sus meses, si has señalado un límite que no podrá cruzar, (Job 14, 5)

  • Traza un cerco a la superficie de las aguas, al límite de la luz y las tinieblas. (Job 26, 10)

  • Un límite pone el hombre a las tinieblas, y excava hasta la hondura más recóndita la piedra que está en la oscuridad y la negrura. (Job 28, 3)

  • Les señalaste un límite, que no pueden cruzar, para que no vuelvan a cubrir la tierra. (Salmos 104, 9)

  • cuando asignó su límite al mar para que las aguas no salieran de sus límites, cuando echó los cimientos de la tierra, (Proverbios 8, 29)

  • ¿No lograréis temerme -dice el Señor-, no temblaréis ante mí, que he puesto la arena como límite al mar, como barrera eterna que no ha de traspasar? Por más que se agita, es impotente; sus olas braman, mas no la rebasarán. (Jeremías 5, 22)

  • Así pues, la frontera correrá desde el mar hasta Haser Enón, dejando al norte el territorio de Damasco y el territorio de Jamat. Éste el límite norte. (Ezequiel 47, 17)

  • Por oriente: entre el Haurán, Damasco, Galaad y la tierra de Israel, será frontera el Jordán hasta el mar Muerto, hasta Tamar. Éste el límite este. (Ezequiel 47, 18)

  • Por el sur: la frontera correrá desde Tamar hasta las aguas de Meribá de Cades, en la dirección del torrente hasta el mar Mediterráneo. Éste el límite sur. (Ezequiel 47, 19)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina