Trouvé 35 Résultats pour: hirió

  • Pero los sirios huyeron ante Israel, y David les mató setecientos caballos de tiro y cuarenta mil hombres; hirió también a Sobac, jefe del ejército, que murió allí mismo. (II Samuel 10, 18)

  • Encontró luego a otro hombre y le dijo: "Pégame". Y aquel hombre lo golpeó y lo hirió. (I Reyes 20, 37)

  • Pero un hombre disparó el arco al azar e hirió al rey de Israel entre las junturas de la coraza. El rey dijo a su auriga: "Da la vuelta y sácame del campo, porque estoy herido". (I Reyes 22, 34)

  • Pero Jehú había echado ya mano a su arco e hirió a Jorán por la espalda, de suerte que la saeta le salió por el corazón, y cayó desplomado en su carro. (II Reyes 9, 24)

  • Oseas, hijo de Elá, tramó una conjura contra Pécaj, hijo de Romelía, lo hirió, lo mató y le sucedió en el trono el año veinte de Jotán, hijo de Ozías. (II Reyes 15, 30)

  • Y aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento de Asiria a ciento ochenta y cinco mil; y, al levantarse por la mañana, vieron que todos ellos eran cadáveres. (II Reyes 19, 35)

  • La cólera del Señor se encendió contra Uzá y lo hirió por haber tocado el arca con la mano. Uzá murió allí, ante Dios. (I Crónicas 13, 10)

  • Jeroboán no recobró ya su poder durante la vida de Abías. Finalmente, el Señor lo hirió y murió. (II Crónicas 13, 20)

  • Pero un hombre disparó el arco al azar, e hirió al rey de Israel entre las junturas de la coraza. El rey dijo a su auriga: "Da la vuelta y sácame del campo, porque estoy herido". (II Crónicas 18, 33)

  • Satán salió de la presencia del Señor e hirió a Job con una llaga maligna desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. (Job 2, 7)

  • hirió de muerte a los primogénitos de Egipto, a las primicias de la virilidad en las tiendas de Cam; (Salmos 78, 51)

  • hirió a sus enemigos en la espalda, les infligió vergüenza eterna. (Salmos 78, 66)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina