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  • Durante todo el tiempo de su desolación tendrá el descanso que no tuvo en los días de sábado, cuando vosotros vivíais en ella. (Levítico 26, 35)

  • Cuando ellos hayan abandonado la tierra, ésta disfrutará de sus sábados durante el tiempo de su desolación; ellos sufrirán su castigo por haber despreciado mis mandamientos y haber aborrecido mis leyes. (Levítico 26, 43)

  • el hombre entre veinte y sesenta años, seiscientos gramos de plata, según el peso del santuario; (Levítico 27, 3)

  • Toda valoración será hecha según el peso del santuario, que es de doce gramos cada unidad". (Levítico 27, 25)

  • Los hijos de Merarí estaban encargados de los tablones de la tienda, de sus barras, columnas, basas, de todos sus accesorios con todo su servicio, (Números 3, 36)

  • Tomó el dinero de los primogénitos de los israelitas, 1.365 monedas de plata conforme al peso oficial del santuario. (Números 3, 50)

  • Lo meterán todo con sus accesorios en una funda de pieles de tejón y lo colocarán sobre unas parihuelas. (Números 4, 10)

  • las cortinas del atrio, la portezuela de entrada del atrio que rodea la tienda y el altar, las cuerdas y todos los accesorios necesarios para su servicio. Y harán con ellos todo lo que sea necesario. (Números 4, 26)

  • Cuando Moisés acabó de levantar la tienda, la ungió con aceite y la consagró con todo su mobiliario, el altar y todos sus accesorios; (Números 7, 1)

  • Su ofrenda era una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la oblación; (Números 7, 13)

  • un vaso de oro de ciento veinte gramos de peso lleno de perfume; (Números 7, 14)

  • Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda; (Números 7, 19)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina