Trouvé 690 Résultats pour: creación de la mujer

  • A los demás les digo yo, no el Señor: Si un cristiano está casado con una mujer pagana, pero acepta vivir con él, que no se divorcie de ella. (I Corintios 7, 12)

  • Y si una mujer cristiana está casada con un hombre no creyente, pero acepta vivir con ella, que no se divorcie de él. (I Corintios 7, 13)

  • Pues el marido no creyente queda consagrado a Dios por la mujer cristiana, y la mujer no creyente queda consagrada a Dios por el marido cristiano; de lo contrario, vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora pertenecen al pueblo de Dios. (I Corintios 7, 14)

  • En realidad, ¿cómo vas a saber tú, mujer, si conseguirás salvar a tu marido? ¿Y tú, marido, si conseguirás salvar a tu mujer? (I Corintios 7, 16)

  • ¿Estás unido a mujer? No busques la separación. ¿Estás soltero? No te cases. (I Corintios 7, 27)

  • Pero si te casas, no pecas. Y si una mujer soltera se casa, tampoco peca. Lo que pasa es que yo quisiera evitaros los problemas que vais a tener en el matrimonio. (I Corintios 7, 28)

  • Por tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; (I Corintios 7, 29)

  • El casado se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a la mujer; está, pues, dividido. (I Corintios 7, 33)

  • La mujer no casada y la joven soltera se preocupan de las cosas del Señor, y se consagran a él en cuerpo y alma. Pero la que está casada se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a su marido. (I Corintios 7, 34)

  • La mujer está ligada todo el tiempo que vive su marido; pero si el marido se muere, queda libre para casarse con quien quiera, con tal que sea cristiano. (I Corintios 7, 39)

  • ¿No tengo derecho a llevar conmigo una mujer cristiana, como los demás apóstoles, los hermanos del Señor, y hasta el mismo Pedro? (I Corintios 9, 5)

  • Quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; que la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo, Dios. (I Corintios 11, 3)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina