Trouvé 85 Résultats pour: clamor de Gedeón

  • Estalló entonces un gran clamor y alarido, bendiciendo al todopoderoso en su lengua patria. (II Macabeos 15, 29)

  • Clamor de multitudes en los montes, como de pueblo innumerable; ruido de tumulto de reinos, de pueblos aliados. El Señor omnipotente pasa revista a sus fuerzas de guerra. (Isaías 13, 4)

  • ¡Ay, mis entrañas, mis entrañas! ¡Cómo sufro! ¡Entretelas de mi corazón! El corazón se me salta; ya no puedo callarme porque he oído el sonido del clarín, el clamor de guerra. (Jeremías 4, 19)

  • Ante el clamor de los jinetes y de los arqueros todas las ciudades se dan a la fuga; se esconden en los bosques, escalan las rocas. Toda la ciudad está desierta; no queda en ella un alma. (Jeremías 4, 29)

  • Están armados de arcos y espadas; son crueles, sin piedad. Su clamor es como el estruendo del mar, cabalgan en corceles, cada uno está armado para la batalla contra ti, hija de Sión. (Jeremías 6, 23)

  • Escuchad el clamor de los pastores, el griterío de los mayorales del rebaño, porque el Señor devasta sus pastos. (Jeremías 25, 36)

  • ¡Clamor de guerra en el país, desastre inmenso! (Jeremías 50, 22)

  • Y lanzarán su clamor por ti, gritarán amargamente, se echarán polvo sobre sus cabezas, se revolcarán en la ceniza. (Ezequiel 27, 30)

  • prenderé fuego a los muros de Rabbá y devorará sus palacios entre el clamor de un día de batalla y el torbellino de un día de huracán. (Amós 1, 14)

  • enviaré fuego contra Moab, que devorará los palacios de Queriot, y Moab morirá en el fragor entre el clamor bélico y el sonido de la trompeta; (Amós 2, 2)

  • Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su obediencia; (Hebreos 5, 7)

  • ¿Y qué más diré? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, lo mismo que de Samuel y los profetas, (Hebreos 11, 32)


“Façamos o bem, enquanto temos tempo à nossa disposição. Assim, daremos glória ao nosso Pai celeste, santificaremos nós mesmos e daremos bom exemplo aos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina