Trouvé 1229 Résultats pour: casa de Jesé

  • Además se dedican a ir de casa en casa sin hacer nada; no sólo no hacen nada, sino que se dedican al chismorreo y a curiosearlo todo, hablando de lo que no deben. (I Timoteo 5, 13)

  • Por eso quiero que las viudas jóvenes se vuelvan a casar, que tengan hijos, que gobiernen su casa y que no den motivos de crítica a los adversarios, (I Timoteo 5, 14)

  • En una casa grande no sólo hay vajillas de oro y plata, sino también de madera y barro. Unos utensilios son para usos nobles, y otros para usos vulgares. (II Timoteo 2, 20)

  • Cuando vengas, tráeme el capote que me dejé en Tróade, en casa de Carpo; tráeme también los libros, sobre todo los pergaminos. (II Timoteo 4, 13)

  • Es necesario que el obispo sea irreprochable, como administrador que es de la casa de Dios; no debe ser arrogante, ni colérico, ni borracho, ni amigo de peleas ni de negocios sucios; (Tito 1, 7)

  • a la hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero de fatigas, y a la Iglesia que se reúne en su casa: (Filemon 1, 2)

  • modelo de fidelidad a Dios, que le dio tal nombramiento como lo fue Moisés en toda la casa de Dios. (Hebreos 3, 2)

  • Él, en efecto, ha sido considerado digno de una gloria superior a la de Moisés, en la misma medida en que la dignidad del arquitecto de una casa supera a la casa misma. (Hebreos 3, 3)

  • Toda casa ha sido construida por alguien, pero es Dios quien ha construido todas las cosas. (Hebreos 3, 4)

  • Moisés, cierto, fue fiel en toda la casa de Dios, en calidad de siervo, como ministro, para dar testimonio de las cosas que debían ser manifestadas; (Hebreos 3, 5)

  • Cristo, por el contrario, lo ha sido en calidad de Hijo, al frente de su casa. Y su casa somos nosotros, con tal que permanezcamos inquebrantables hasta el fin, confesando valientemente nuestra fe y confiados en la esperanza que tenemos. (Hebreos 3, 6)

  • Sin embargo, les dice en tono de recriminación: Vienen días dice el Señor, en que yo haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva, (Hebreos 8, 8)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina