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  • Y quedó reducido al más pequeño de los pueblos, con un príncipe de la casa de David. Algunos de ellos obraron el bien; otros multiplicaron los pecados. (Eclesiástico 48, 16)

  • Les daré una señal y mandaré a algunos de sus supervivientes a los pueblos de Tarsis, Etiopía, Libia, Mosoc, Ros, Tubal y Yaván; a las islas lejanas, que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Ellos publicarán mi gloria entre los pueblos. (Isaías 66, 19)

  • El Señor me dijo: "Vete a comprar una vasija de barro, toma contigo algunos de los ancianos del pueblo y de los sacerdotes (Jeremías 19, 1)

  • Es que se habían levantado algunos de entre los ancianos del país y habían dicho a la multitud congregada: (Jeremías 26, 17)

  • Pero el rey Joaquín mandó algunos hombres a Egipto: Elnatán, hijo de Acbor, con otros cuantos, (Jeremías 26, 22)

  • Asimismo, los demás judíos que estaban en Moab, entre los amonitas, en Edón y en todos los otros países, en cuanto se enteraron de que el rey de Babilonia había dejado algunos judíos en Judá y de que había puesto al frente de ellos a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, (Jeremías 40, 11)

  • Sin embargo, todavía preservaré a algunos de ellos de la espada, del hambre y de la peste, para que cuenten entre las gentes donde sean dispersados todas las nefastas acciones que cometieron. Y sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 12, 16)

  • Algunos ancianos de Israel vinieron a verme y se sentaron ante mí. (Ezequiel 14, 1)

  • En el año séptimo, el día diez del quinto mes, vinieron a consultar al Señor algunos ancianos de Israel y se sentaron a mi alrededor. (Ezequiel 20, 1)

  • El rey ordenó después a Aspenaz, jefe de los eunucos, que escogiese de entre los israelitas algunos jóvenes de estirpe real y de familia noble: (Daniel 1, 3)

  • Sin embargo, algunos caldeos se presentaron a acusar a los judíos. (Daniel 3, 8)

  • Pues hay algunos judíos, aquellos a quienes pusiste al frente de la administración de la provincia de Babilonia, esto es, Sidrac, Misac y Abdénago, que no te hacen caso, oh rey; no veneran a tu dios ni adoran la estatua de oro que has levantado". (Daniel 3, 12)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina