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  • Alégrense árboles y selvas en presencia del Señor, que viene a juzgar la tierra. (I Crónicas 16, 33)

  • Así, para educarnos a nosotros, castigas con moderación a nuestros enemigos para que, al juzgar a los demás, nos acordemos de tu bondad y, al ser juzgados, esperemos misericordia. (Sabiduría 12, 22)

  • Antes de juzgar examínate a ti mismo, y en la hora de la visita encontrarás perdón. (Eclesiástico 18, 20)

  • Dios os dé sabiduría en vuestro corazón para juzgar con justicia a su pueblo, para que sus bondades no terminen y su gloria perdure de generación en generación. (Eclesiástico 45, 26)

  • El Señor se levanta ante el tribunal, en pie está para juzgar al pueblo. (Isaías 3, 13)

  • Pero el Señor omnipotente será exaltado al juzgar; el Dios santo su santidad mostrará al hacer justicia. (Isaías 5, 16)

  • espíritu de justicia para el que se sienta a juzgar, y espíritu de fortaleza para el que rechaza a los que asaltan la puerta. (Isaías 28, 6)

  • ¿De quién tomó consejo para juzgar, para conocer la senda de la justicia, para aprender la ciencia e instruirse en los caminos de la sabiduría? (Isaías 40, 14)

  • Haré que llegue de repente mi justicia, mi salvación surgirá como la luz. Mi brazo va a juzgar a los pueblos. En mí esperan las islas, y en mi brazo confían. (Isaías 51, 5)

  • Porque el Señor va a juzgar con fuego y con espada a todos los mortales. Muchas serán las víctimas del Señor. (Isaías 66, 16)

  • El rey estará en duelo, el príncipe sumido en la desolación, las manos de la gente del pueblo temblarán. Yo los trataré según su proceder y los juzgaré según su manera de juzgar, y sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 7, 27)

  • "Y tú, hijo de hombre, ¿no vas a juzgar? ¿No vas a juzgar a la ciudad sanguinaria? Indícales todas sus detestables acciones. (Ezequiel 22, 2)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina