Trouvé 959 Résultats pour: Hor

  • pero ahora que conocéis a Dios, o, mejor dicho, que sois conocidos por Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo a los débiles y pobres elementos, a los cuales nuevamente queréis servir otra vez como esclavos? (Gálatas 4, 9)

  • ¿Dónde están ahora aquellos entusiasmos vuestros por mí? Doy fe de que, si hubiera sido posible, hasta os hubierais arrancado los ojos para dármelos a mí. (Gálatas 4, 15)

  • ¿Y ahora he pasado a ser enemigo vuestro sólo por haberos dicho la verdad? (Gálatas 4, 16)

  • Pues el Sinaí es un monte que está en Arabia, y corresponde a la Jerusalén de ahora, porque ella con sus hijos está sometida a esclavitud. (Gálatas 4, 25)

  • Pero igual que entonces el nacido de un modo natural perseguía al que nació en virtud del Espíritu, así también ahora. (Gálatas 4, 29)

  • Ahora bien, las obras de la carne son bien claras: lujuria, impureza, desenfreno, (Gálatas 5, 19)

  • mientras que ahora, unidos a Cristo Jesús gracias a su muerte, los que antes estabais lejos, ahora estáis cerca. (Efesios 2, 13)

  • secreto que no se dio a conocer a los hombres de las generaciones pasadas, y que ahora se lo ha manifestado a sus santos apóstoles y profetas por medio del Espíritu. (Efesios 3, 5)

  • Así, de ahora en adelante, por medio de la Iglesia, los principados y potestades celestiales podrán conocer la incalculable sabiduría de Dios, (Efesios 3, 10)

  • Antes erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor; caminad como hijos de la luz (Efesios 5, 8)

  • por vuestra participación en el progreso del evangelio desde el primer día hasta ahora, (Filipenses 1, 5)

  • Con viva esperanza confío en que en nada seré defraudado, sino que con toda seguridad, como siempre, también ahora Jesucristo será glorificado en mi cuerpo, sea por la vida, sea por la muerte. (Filipenses 1, 20)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina