Trouvé 147 Résultats pour: Derecha

  • Lo agarró de la mano derecha y lo levantó; y al instante sus pies y sus tobillos se fortalecieron; (Hechos 3, 7)

  • Pero él, lleno del Espíritu Santo, con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios, (Hechos 7, 55)

  • y dijo: "Veo los cielos abiertos y al hijo del hombre de pie a la derecha de Dios". (Hechos 7, 56)

  • la que ejerció en Cristo resucitándolo de entre los muertos, sentándolo a su derecha en los cielos (Efesios 1, 20)

  • Él, que es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser, sostiene todas las cosas con su palabra poderosa, y, una vez que realizó la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en lo más alto del cielo, (Hebreos 1, 3)

  • Y ¿a cuál de los ángeles dijo nunca: Siéntate a mi derecha hasta que haga de tus enemigos estrado de tus pies? (Hebreos 1, 13)

  • El punto capital de lo que estamos diciendo es que tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del trono de la majestad en los cielos, (Hebreos 8, 1)

  • él, por el contrario, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados, se sentó para siempre a la derecha de Dios, (Hebreos 10, 12)

  • en su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos; su cara era como el sol que brilla en todo su esplendor. (Apocalipsis 1, 16)

  • Al verle, caí a sus pies como muerto; pero él me tocó con su mano derecha, y me dijo: "No tengas miedo; soy yo, el primero y el último, el viviente; (Apocalipsis 1, 17)

  • Éste es el secreto de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete Iglesias, y los siete candelabros son las siete Iglesias". (Apocalipsis 1, 20)

  • Vi en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por las dos caras, sellado con siete sellos. (Apocalipsis 5, 1)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina