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  • Estos son los que hablaron a Faraón, rey de Egipto, para sacar de Egipto a los israelitas. Estos son Moisés y Aarón. (Exodo 6, 27)

  • Yahveh hizo que el pueblo se ganase el favor de los egipcios. Además, Moisés era un gran personaje en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los servidores de Faraón como a los ojos del pueblo. (Exodo 11, 3)

  • Y si la familia fuese demasiado reducida para una res de ganado menor, traerá al vecino más cercano a su casa, según el número de personas y conforme a lo que cada cual pueda comer. (Exodo 12, 4)

  • Dijo Yahveh a Moisés y a Aarón: «Estas son las normas sobre la Pascua: no comerá de ella ningún extranjero. (Exodo 12, 43)

  • «Conságrame todo primogénito, todo lo que abre el seno materno entre los israelitas. Ya sean hombres o animales, míos son todos.» (Exodo 13, 2)

  • consagrarás a Yahveh todo lo que abre el seno materno. Todo primer nacido de tus ganados, si son machos, pertenecen también a Yahveh. (Exodo 13, 12)

  • El día sexto recogieron doble racíon, dos gomor por persona. Todos los jefes de la comunidad fueron a decírselo a Moisés; (Exodo 16, 22)

  • Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; (Exodo 19, 5)

  • seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa." Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel.» (Exodo 19, 6)

  • Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. (Exodo 19, 16)

  • El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba y Dios le respondía con el trueno. (Exodo 19, 19)

  • Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte humeante, y temblando de miedo se mantenía a distancia. (Exodo 20, 18)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina