Trouvé 20 Résultats pour: salas

  • David dio a su hijo Salomón el diseño del vestíbulo y de los demás edificios, de los almacenes, de las salas altas, de las salas interiores y del lugar del Propiciatorio; (I Crónicas 28, 11)

  • Los clavos de oro pesaban cincuenta siclos. Cubrió también de oro las salas altas. (II Crónicas 3, 9)

  • Entonces mandó Ezequías que se preparasen salas en la Casa de Yahveh. Las prepararon, (II Crónicas 31, 11)

  • Cuando vieron el santuario desolado, el altar profanado, las puertas quemadas, arbustos nacidos en los atrios como en un bosque o en un monte cualquiera, y las salas destruidas, (I Macabeos 4, 38)

  • Adornaron la fachada del Templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron las entradas y las salas y les pusieron puertas. (I Macabeos 4, 57)

  • Me llevó al atrio exterior, y he aquí que allí había salas y un enlosado tirado alrededor del atrio: treinta salas daban a este enlosado. (Ezequiel 40, 17)

  • Me llevó al atrio interior; había allí, en el atrio interior, dos salas, una al lado del pórtico septentrional, con su fachada al mediodía, y la otra al lado del pórtico meridional, con su fachada al norte. (Ezequiel 40, 44)

  • Entre las salas había una anchura de veinte codos, por todo el ámbito de la Casa. (Ezequiel 41, 10)

  • Luego me hizo salir al atrio exterior, hacia el norte, y me llevó a las salas situadas cara al patio, es decir frente al edificio, al norte. (Ezequiel 42, 1)

  • y, por delante de las salas, un corredor de diez codos de ancho hacia el interior, y cien codos de largo; sus puertas daban al norte. (Ezequiel 42, 4)

  • Las salas superiores eran estrechas, porque las galerías les comían parte de su espacio, más estrechas que las de abajo y las del medio del edificio, (Ezequiel 42, 5)

  • Y el muro exterior, paralelo a las salas, en dirección al atrio exterior, frente a las salas, tenía cincuenta codos de longitud. (Ezequiel 42, 7)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina