Trouvé 5309 Résultats pour: preparación para la guerra

  • Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. (I Juan 2, 19)

  • Y ahora, hijos míos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su Venida. (I Juan 2, 28)

  • Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!. El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. (I Juan 3, 1)

  • Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados y en él no hay pecado. (I Juan 3, 5)

  • Quien comete el pecado es del Diablo, pues el Diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del Diablo. (I Juan 3, 8)

  • En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. (I Juan 4, 9)

  • Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna. (I Juan 5, 13)

  • Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la Vida eterna. (I Juan 5, 20)

  • a causa de la verdad que permanece en nosotros y que estará con nosotros para siempre. (II Juan 1, 2)

  • Cuidad de vosotros, para que no perdáis el fruto de nuestro trabajo, sino que recibáis abundante recompensa. (II Juan 1, 8)

  • Aunque tengo mucho que escribiros, prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a veros y hablaros de viva voz, para que nuestro gozo sea completo. (II Juan 1, 12)

  • Querido, te portas fielmente en tu conducta para con los hermanos, y eso que son forasteros. (III Juan 1, 5)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina