Trouvé 60 Résultats pour: caballo negro
He tenido una visión esta noche. Era un hombre que montaba un caballo rojo; estaba de pie entre los mirtos que hay en la hondonada; detrás de él, caballos rojos, alazanes y blancos. (Zacarías 1, 8)
Contra los pastores arde mi cólera y a los machos cabríos visitaré. Cuando Yahveh Sebaot visite a su rebaño, la Casa de Judá, hará de ellos como su caballo de honor en el combate. (Zacarías 10, 3)
Aquel día - oráculo de Yahveh - heriré de aturdimiento a todo caballo, y a su caballero, de locura. Y a todos los pueblos heriré de ceguera. (Mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos.) (Zacarías 12, 4)
Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. (Mateo 5, 36)
Miré y había un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; se le dio una corona, y salió como vencedor, y para seguir venciendo. (Apocalipsis 6, 2)
Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande. (Apocalipsis 6, 4)
Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer Viviente que decía: «Ven». Miré entonces y había un caballo negro; el que lo montaba tenía en la mano una balanza, (Apocalipsis 6, 5)
Miré entonces y había un caballo verdoso; el que lo montaba se llamaba Muerte, y el Hades le seguía. Se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con la espada, con el hambre, con la peste y con las fieras de la tierra. (Apocalipsis 6, 8)
Y seguí viendo. Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre, (Apocalipsis 6, 12)
Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco: el que lo monta se llama «Fiel» y «Veraz»; y juzga y combate con justicia. (Apocalipsis 19, 11)
Vi entonces a la Bestia y a los reyes de la tierra con sus ejércitos reunidos para entablar combate contra el que iba montado en el caballo y contra su ejército. (Apocalipsis 19, 19)
Los demás fueron exterminados por la espada que sale de la boca del que monta el caballo, y todas las aves se hartaron de sus carnes.» (Apocalipsis 19, 21)