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  • En todas las provincias y ciudades, en los lugares en que se publicaba la orden y edicto del rey, hubo entre los judíos alegría triunfal, banquetes y días de fiesta. Y muchos habitantes del país se hicieron judíos, pues el temor a los judíos se había apoderado de ellos. (Ester 8, 17)

  • porque en tales días obtuvieron los judíos paz contra sus enemigos, y en este mes la aflicción se trocó en alegría y el llanto en festividad; que los convirtieran en días de alegres festines y mutuos regalos, y de donaciones a los pobres. (Ester 9, 22)

  • para éstos, los días catorce y qunince del mes de Adar serán días de asamblea, de alegría y gozo delante de Dios, por todas las generaciones para siempre, en su pueblo Israel.» (Ester 10, 13)

  • Escucha mi oración, muéstrate propicio a tu heredad; convierte nuestro duelo en alegría, para que, viviendo, cantemos himnos a tu Nombre, Señor. No tapes la boca de los que te alaban.» (Ester 13, 17)

  • Que no tuvo tu sierva instante de alegría, desde su encumbramiento hasta el día de hoy, sino sólo en ti, Señor y Dios de Abraham. (Ester 14, 18)

  • Y aquella noche hágase inerte, impenetrable a los clamores de alegría. (Job 3, 7)

  • es breve la alegría del malvado, y de un instante el gozo del impío? (Job 20, 5)

  • tú has dado a mi corazón más alegría que cuando abundan ellos de trigo y vino nuevo. (Salmos 4, 8)

  • bendiciones haces de él por siempre, le llenas de alegría delante de tu rostro. (Salmos 21, 7)

  • Has trocado mi lamento en una danza, me has quitado el sayal y me has ceñido de alegría; (Salmos 30, 12)

  • Y llegaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría. Y exultaré, te alabaré a la cítara, oh Dios, Dios mío. (Salmos 43, 4)

  • tú amas la justicia y odias la impiedad. Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros; (Salmos 45, 8)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina