Trouvé 1821 Résultats pour: Señor

  • El siervo puso su mano debajo del muslo de su señor Abraham y le prestó juramento según lo hablado. (Génesis 24, 9)

  • Tomó el siervo diez camellos de los de su señor y de las cosas mejores de su señor y se puso en marcha hacia Aram Naharáyim, hacia la ciudad de Najor. (Génesis 24, 10)

  • y dijo: «Yahveh, Dios de mi señor Abraham: dame suerte hoy, y haz favor a mi señor Abraham. (Génesis 24, 12)

  • Ahora bien, la muchacha a quien yo diga "Inclina, por favor, tu cántaro para que yo beba", y ella responda: "Bebe, y también voy a abrevar tus camellos", ésa sea la que tienes designada para tu siervo Isaac, y por ello conoceré que haces favor a mi señor.» (Génesis 24, 14)

  • «Bebe, señor», dijo ella, y bajando en seguida el cántaro sobre su brazo, le dio de beber. (Génesis 24, 18)

  • diciendo: «Bendito sea Yahveh, el Dios de mi señor Abraham, que no ha retirado su favor y su lealtad para con mi señor. Yahveh me ha traído a parar a casa del hermano de mi señor.» (Génesis 24, 27)

  • Yahveh ha bendecido con largueza a mi señor, que se ha hecho rico, pues le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y esclavas, camellos y asnos. (Génesis 24, 35)

  • Y Sara, la mujer de mi señor, envejecida ya, dio a luz un hijo a mi señor, que le ha cedido todo cuanto posee. (Génesis 24, 36)

  • En cuanto a mí, mi señor me ha tomado juramento, diciendo: "No tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuyo país resido. (Génesis 24, 37)

  • Yo dije a mi señor: "¿Y si acaso no me sigue la mujer?" (Génesis 24, 39)

  • Pues bien: llego hoy a la fuente y me digo: "Yahveh, Dios de mi señor Abraham, si en efecto das éxito a este mi viaje, (Génesis 24, 42)

  • y ella me responda: Bebe tú, y voy a sacar también para tus camellos, ésa será la mujer que Yahveh tiene destinada para el hijo de mi señor." (Génesis 24, 44)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina