Trouvé 136 Résultats pour: Daniel en el foso de los leones
Yo, Daniel, desfallecí y estuve enfermo unos cuantos días. Luego me levanté para ocuparme de los asuntos del rey. Seguía perplejo por la visión, que no se podía comprender. (Daniel 8, 27)
el año primero de su reinado, yo, Daniel, me puse a investigar en las Escrituras sobre el número de años que, según la palabra de Yahveh dirigida al profeta Jeremías, debían pasar sobre las ruinas de Jerusalén, a saber setenta años. (Daniel 9, 2)
Vino y me habló. Dijo: «Daniel, he salido ahora para ilustrar tu inteligencia. (Daniel 9, 22)
«Entiende y comprende: Desde el instante en que salió la orden de volver a construir Jerusalén, hasta un Príncipe Mesías, siete semanas y sesenta y dos semanas, plaza y foso serán reconstruidos, pero en la angustia de los tiempos. (Daniel 9, 25)
El año tercero de Ciro, rey de Persia, una palabra fue revelada a Daniel, por sobrenombre Beltsassar. Palabra verdadera: gran lucha. El comprendió la palabra; le fue dada en visión su inteligencia. (Daniel 10, 1)
En aquel tiempo, yo, Daniel, hice penitencia durante tres semanas: (Daniel 10, 2)
Sólo yo, Daniel, contemplé esta visión: los hombres que estaban conmigo no veían la visión, pero un gran temblor les invadió y huyeron a esconderse. (Daniel 10, 7)
Y me dijo: «Daniel, hombre de las predilecciones, comprende las palabras que voy a decirte, e incorpórate, porque yo he sido enviado ahora donde ti.» Al decirme estas palabras me incorporé temblando. (Daniel 10, 11)
Luego me dijo: «No temas, Daniel, porque desde el primer día en que tú intentaste de corazón comprender y te humillaste delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y precisamente debido a tus palabras he venido yo. (Daniel 10, 12)
«Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del Fin. Muchos andarán errantes acá y allá, y la iniquidad aumentará.» (Daniel 12, 4)
Yo, Daniel, miré y vi a otros dos que estaban de pie a una y otra parte del río. (Daniel 12, 5)
Dijo: «Anda, Daniel, porque estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del Fin. (Daniel 12, 9)