Trouvé 42 Résultats pour: Ciego

  • Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies. (Job 29, 15)

  • ¿Quién está ciego, sino mi siervo? ¿y quién tan sordo como el mensajero a quien envío? (¿Quién es tan ciego como el enviado y tan sordo como el siervo de Yahveh?) (Isaías 42, 19)

  • Haced salir al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y sordo, aunque tiene orejas. (Isaías 43, 8)

  • Mirad que yo los traigo del país del norte, y los recojo de los confines de la tierra. Entre ellos, el ciego y el cojo, la preñada y la parida a una. Gran asamblea vuelve acá. (Jeremías 31, 8)

  • No pueden devolver la vista al ciego, ni liberar al hombre que se halla en necesidad. (Baruc 6, 36)

  • Entonces le fue presentado un endemoniado ciego y mudo. Y le curó, de suerte que el mudo hablaba y veía. (Mateo 12, 22)

  • Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.» (Mateo 15, 14)

  • ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura! (Mateo 23, 26)

  • Llegan a Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque. (Marcos 8, 22)

  • Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: «¿Ves algo?» (Marcos 8, 23)

  • Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. (Marcos 10, 46)

  • Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Animo, levántate! Te llama.» (Marcos 10, 49)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina