Trouvé 86 Résultats pour: Castigo

  • De entre los habitantes de Bet Semes, los hijos de Jeconías no se alegraron cuando vieron el arca de Yahveh y castigo Yahveh a setenta de sus hombres. El pueblo hizo duelo porque Yahveh los había castigado duramente. (I Samuel 6, 19)

  • Saúl juró por Yahveh diciendo: «¡Vive Yahveh! Ningún castigo te vendrá por este hecho.» (I Samuel 28, 10)

  • Ellos le dijeron: «Así habla Ezequías: Este día es día de angustia, de castigo y de vergüenza. Los hijos están para salir del seno, pero no hay fuerza para dar a luz. (II Reyes 19, 3)

  • a nadie permitió oprimirles. Por ellos castigó a los reyes. (I Crónicas 16, 21)

  • Desagradó esto a Dios, por lo cual castigó a Israel. (I Crónicas 21, 7)

  • "Si viene sobre nosotros algún mal, espada, castigo, peste o hambre, nos presentaremos delante de esta Casa, y delante de ti, porque tu Nombre reside en esta Casa; clamaremos a tí en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás." (II Crónicas 20, 9)

  • ¡Jerusalén, ciudad santa! Dios te castigó por las obras de tus hijos, mas tendrá otra vez piedad de los hijos de los justos. (Tobías 13, 9)

  • Clamaron a su Dios, que castigó la tierra de Egipto con plagas incurables. Los egipcios, entonces, los arrojaron lejos de sí. (Judit 5, 12)

  • Entonces les impondrás un duro castigo por haberse rebelado y no haber salido a tu encuentro en son de paz.» (Judit 7, 15)

  • en castigo de lo cual fueron nuestros padres entregados a la espada y al saqueo, y sucumbieron desastradamente ante sus enemigos. (Judit 8, 19)

  • Acerca de esto, dueño y señor, no desestimes sus palabras; tenlas bien presentes, porque responden a la verdad. Pues muestra raza no recibe castigo ni la espada tiene poder sobre ellos, si no han pecado contra su Dios. (Judit 11, 10)

  • ¡Ay de las naciones que se alzan contra mi raza! El Señor Omnipotente les dará el castigo en el día del juicio. Entregará sus cuerpos al fuego y a los gusanos, y gemirán en dolor eternamente. (Judit 16, 17)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina