Trouvé 38 Résultats pour: vaso de barro

  • Quita las escorias de la plata, y saldrá un vaso para el orfebre; (Proverbios 25, 4)

  • Escorias de plata aplicadas a un vaso de barro son los labios melosos con un corazón maligno. (Proverbios 26, 23)

  • No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la plata, a su lado, será considerada como barro. (Sabiduría 7, 9)

  • En lugar de la vertiente perenne de un río, enturbiado por una mezcla de sangre y barro, (Sabiduría 11, 6)

  • No levantes una carga demasiado pesada, ni trates con uno más fuerte y más rico que tú: ¿puede el vaso de arcilla juntarse con la olla? Esta lo golpeará y aquel se romperá. (Eclesiástico 13, 2)

  • La mente del necio es como un vaso roto: no retiene ningún conocimiento. (Eclesiástico 21, 14)

  • como fuego e incienso en el incensario, como vaso de oro macizo adornado con toda clase de piedras preciosas, (Eclesiástico 50, 9)

  • Yo lo envío contra una nación impía, lo mando contra un pueblo que provocó mi furor, para saquear los despojos y arrebatar el botín, y pisotearlo como al barro de las calles. (Isaías 10, 6)

  • ¡Qué desatino el de ustedes! ¿Acaso se puede pensar que el alfarero es igual al barro para que la obra diga al que la hizo: "No me ha hecho él", y la vasija diga de su alfarero: "No entiende nada"? (Isaías 29, 16)

  • Yo lo suscité desde el Norte, y él vino; desde el Oriente lo llamé por su nombre. Él pisotea a los gobernantes como barro, como un alfarero que pisa la arcilla. (Isaías 41, 25)

  • Entonces ellos tomaron a Jeremías y lo arrojaron al aljibe de Malquías, hijo del rey, que estaba en el patio de la guardia, descolgándolo con cuerdas. En el aljibe no había agua sino sólo barro, y Jeremías se hundió en el barro. (Jeremías 38, 6)

  • Sobre los techos de Moab y en sus plazas no hay más que lamentos; porque yo he destrozado a Moab como un vaso que nadie quiere -oráculo del Señor-. (Jeremías 48, 38)


“Ele e ouvir a Sua voz por meio das Suas inspirações e iluminações interiores.” São Padre Pio de Pietrelcina