Trouvé 38 Résultats pour: muchacho

  • Mientras tanto, Guejazí se les había adelantado y había puesto el bastón sobre el rostro del muchacho, pero este no dio señales de vida. Volvió entonces a presentarse ante Eliseo y le comunicó: "El muchacho no se ha despertado". (II Reyes 4, 31)

  • Cuando Eliseo llegó a la casa, vio que el muchacho estaba muerto, tendido sobre su lecho. (II Reyes 4, 32)

  • En seguida entró, se encerró solo con el muchacho y oró al Señor. (II Reyes 4, 33)

  • Se puso a caminar por la casa de un lado a otro, se levantó y se recostó sobre él hasta siete veces. Entonces el muchacho estornudó y abrió los ojos. (II Reyes 4, 35)

  • Entonces bajó y se sumergió siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del hombre de Dios; así su carne se volvió como la de un muchacho joven y quedó limpio. (II Reyes 5, 14)

  • Alégrate, muchacho, mientras eres joven, y que tu corazón sea feliz en tus años juveniles. Sigue los impulsos de tu corazón y lo que es un incentivo para tus ojos; pero ten presente que por todo eso Dios te llamará a juicio. (Eclesiastés 11, 9)

  • Yo era un muchacho naturalmente bueno y había recibido un alma bondadosa, (Sabiduría 8, 19)

  • Echaban suertes sobre mi pueblo, cambiaban a un muchacho por una prostituta, vendían a una muchacha por vino y se lo bebían. (Joel 4, 3)

  • Un muchacho llamado Eutico, que se había sentado en el borde de la ventana, tenía mucho sueño y se dormía mientras Pablo hablaba, hasta que, vencido por el sueño, se cayó desde el tercer piso. Cuando lo levantaron, estaba muerto. (Hechos 20, 9)

  • En cuanto al muchacho, lo llevaron a su casa con vida, y todos se sintieron muy reconfortados. (Hechos 20, 12)

  • Este, llamando a uno de los centuriones, le dijo: «Acompaña a este muchacho hasta donde está el tribuno, porque tiene algo que comunicarle». (Hechos 23, 17)

  • El centurión lo llevó y dijo al tribuno: «El prisionero Pablo me pidió que te trajera a este muchacho, porque tiene algo que decirte». (Hechos 23, 18)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina