Trouvé 105 Résultats pour: malo

  • Hizo lo que es malo a los ojos del Señor, y no se apartó de ninguno de los pecados con que Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel. (II Reyes 14, 24)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, como lo habían hecho sus padres: no se apartó de los pecados con que Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel. (II Reyes 15, 9)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor: no se apartó de los pecados con que Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel. En su tiempo, (II Reyes 15, 18)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor: no se apartó de los pecados con que Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel. (II Reyes 15, 24)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor: no se apartó de los pecados con que Jeroboám, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel. (II Reyes 15, 28)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, aunque no tanto como los reyes de Israel que lo habían precedido. (II Reyes 17, 2)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, siguiendo las costumbres abominables de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas. (II Reyes 21, 2)

  • Inmoló a su hijo en el fuego, practicó la astrología y la magia, e instituyó nigromantes y adivinos. Persistió en hacer lo que es malo a los ojos del Señor, provocando su indignación. (II Reyes 21, 6)

  • porque han hecho lo que es malo a mis ojos y no han cesado de provocar mi indignación, desde el día en que sus padres salieron de Egipto hasta el día de hoy". (II Reyes 21, 15)

  • Manasés derramó también sangre inocente, en tal cantidad que inundó a Jerusalén de un extremo a otro, aparte del pecado que hizo cometer a Judá, haciendo lo que es malo a los ojos del Señor. (II Reyes 21, 16)

  • Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, como lo había hecho su padre Manasés. (II Reyes 21, 20)

  • El hizo lo que es malo a los ojos del Señor, tal como lo habían hecho sus padres. (II Reyes 23, 32)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina