Trouvé 50 Résultats pour: malas

  • El hombre bueno saca cosas buenas de su tesoro de bondad; y el hombre malo saca cosas malas de su tesoro de maldad. (Mateo 12, 35)

  • Del corazón proceden las malas intenciones, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las difamaciones. (Mateo 15, 19)

  • Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, (Marcos 7, 21)

  • Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre». (Marcos 7, 23)

  • En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. (Juan 3, 19)

  • El mundo no tiene por qué odiarlos a ustedes; me odia a mí, porque atestiguo contra él que sus obras son malas. (Juan 7, 7)

  • Porque mientras vivíamos según la naturaleza carnal, las malas pasiones, estimuladas por la Ley, obraban en nuestros miembros para hacernos producir frutos de muerte. (Romanos 7, 5)

  • No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres». (I Corintios 15, 33)

  • Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal. (II Corintios 5, 10)

  • Todos nosotros también nos comportábamos así en otro tiempo, viviendo conforme a nuestros deseos carnales y satisfaciendo las apetencias de la carne y nuestras malas inclinaciones, de manera que por nuestra condición estábamos condenados a la ira, igual que los demás. (Efesios 2, 3)

  • Lo mismo digo acerca de las obscenidades, de las malas conversaciones y de las bromas groseras: todo esto está fuera de lugar. Lo que deben hacer es dar gracias a Dios. (Efesios 5, 4)

  • Antes, a causa de sus pensamientos y sus malas obras, ustedes eran extraños y enemigos de Dios. (Colosenses 1, 21)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina