Trouvé 48 Résultats pour: madrugada

  • David y sus hombres se levantaron bien temprano, para partir de madrugada y regresar al país de los filisteos. Estos, por su parte, subieron a Izreel. (I Samuel 29, 11)

  • A la mañana siguiente, bien de madrugada, cuando el sol brillaba sobre las aguas, los moabitas vieron frente a ellos las aguas rojas como sangre, (II Reyes 3, 22)

  • A la mañana siguiente, el servidor del hombre de Dios se levantó de madrugada y salió. Y al ver que las tropas rodeaban la ciudad con caballos y carros de guerra, dijo a Eliseo: "Ay, señor, ¿cómo vamos a hacer?". (II Reyes 6, 15)

  • Al día siguiente, muy de madrugada, salieron hacia el desierto de Técoa. Mientras salían, Josafat se puso de pie y dijo: "¡Escuchen, Judá y habitantes de Jerusalén! Tengan confianza en el Señor, nuestro Dios, y estarán seguros; confíen en sus profetas y triunfarán". (II Crónicas 20, 20)

  • El rey Ezequías se levantó de madrugada, reunió a los jefes de la ciudad y subió a la Casa del Señor. (II Crónicas 29, 20)

  • Una vez concluido el ciclo de los festejos, Job los hacía venir y los purificaba; después se levantaba muy de madrugada y ofrecía un holocausto por cada uno de ellos. Porque pensaba: "Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en su corazón". Así procedía Job indefectiblemente. (Job 1, 5)

  • Señor, de madrugada ya escuchas mi voz: por la mañana te expongo mi causa y espero tu respuesta. (Salmos 5, 4)

  • Pero yo cantaré tu poder, y celebraré tu amor de madrugada, porque tú has sido mi fortaleza y mi refugio en el peligro. (Salmos 59, 17)

  • proclamar tu amor de madrugada, y tu fidelidad en las vigilias de la noche, (Salmos 92, 3)

  • A la mañana siguiente, el rey se levantó de madrugada y condujo apresuradamente al ejército por el camino de Betzacaría. Las tropas se dispusieron para el ataque y se tocaron las trompetas. (I Macabeos 6, 33)

  • Jonatán y su ejército acamparon junto al algo de Genesaret y, muy de madrugada, llegaron a la llanura de Asor. (I Macabeos 11, 67)

  • Saludar al prójimo en alta voz, de madrugada, es tenido en cuenta como una maldición. (Proverbios 27, 14)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina