Trouvé 348 Résultats pour: lado

  • Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. (Juan 16, 32)

  • Después de haber dicho esto, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había en ese lugar una huerta y allí entró con ellos. (Juan 18, 1)

  • Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio. (Juan 19, 18)

  • pero no podían replicarles nada, porque el hombre que había sido curado estaba de pie, al lado de ellos. (Hechos 4, 14)

  • pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. (I Corintios 13, 12)

  • Y nosotros sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con él y nos reunirá a su lado junto con ustedes. (II Corintios 4, 14)

  • Y dejando de lado otras cosas, está mi preocupación cotidiana: el cuidado de todas las Iglesias. (II Corintios 11, 28)

  • Y ustedes, patrones, compórtense de la misma manera con sus servidores y dejen a un lado las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos, que lo es también de ustedes, está en el cielo, y no hace acepción de personas. (Efesios 6, 9)

  • Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. Así fui librado de la boca del león. (II Timoteo 4, 17)

  • Con gusto lo hubiera retenido a mi lado, para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a causa del Evangelio. (Filemon 1, 13)

  • Por eso, dejando a un lado la enseñanza elemental sobre Cristo, vayamos a lo más perfecto, sin volver otra vez sobre las verdades fundamentales, como el arrepentimiento por las obras que llevan a la muerte y la fe en Dios, (Hebreos 6, 1)

  • Dejen de lado, entonces, toda impureza y todo resto de maldad, y reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos. (Santiago 1, 21)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina