Trouvé 383 Résultats pour: historia de jacob

  • A tus opresores les haré comer su propia carne, como con vino nuevo, se embriagarán con su sangre. Así sabrán todos los hombres que yo, el Señor, soy tu salvador y que tu redentor es el Fuerte de Jacob. (Isaías 49, 26)

  • ¡Grita a voz en cuello, no te contengas, alza tu voz como una trompeta: denúnciale a mi pueblo su rebeldía y sus pecados a la casa de Jacob! (Isaías 58, 1)

  • entonces te deleitarás en el Señor; yo te haré cabalgar sobre las alturas del país y te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob, porque ha hablado la boca del Señor. (Isaías 58, 14)

  • Él vendrá como redentor para Sión y para los hijos de Jacob convertidos de su rebeldía -oráculo del Señor-. (Isaías 59, 20)

  • Mamarás la leche de las naciones, mamarás del pecho de los reyes, y sabrás que yo, el Señor, soy tu salvador, y que tu redentor es el Fuerte de Jacob. (Isaías 60, 16)

  • haré salir de Jacob una descendencia y de Judá, a un poseedor de mis montañas; mis elegidos las poseerán y mis servidores habitarán allí. (Isaías 65, 9)

  • ¡Escuchen la palabra del Señor, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel! (Jeremías 2, 4)

  • Anuncien esto en la casa de Jacob, proclámenlo en Judá, diciendo: (Jeremías 5, 20)

  • Pero no es como ellos la Parte de Jacob, porque él ha modelado todas las cosas; Israel es la tribu de su herencia, su nombre es: "Señor de los ejércitos". (Jeremías 10, 16)

  • Derrama tu furor sobre las naciones que no te conocen, y sobre las familias que no invocan tu Nombre. Porque ellas han devorado a Jacob, lo han devorado, lo han exterminado, y han devastado su morada. (Jeremías 10, 25)

  • ¡Ay! Porque es grande aquel Día, y no hay otro igual. Es un tiempo de angustia para Jacob, pero él se salvará de la angustia. (Jeremías 30, 7)

  • ¡Y tú no temas, servidor mío Jacob, -oráculo del Señor- no te espantes, Israel! Porque yo te salvaré de un país lejano, y a tu descendencia, del país de su cautiverio. Jacob volverá y vivirá en calma, tranquilo y sin que nadie lo perturbe. (Jeremías 30, 10)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina