Trouvé 219 Résultats pour: familia bíblica

  • vean cuál es el mejor y el más capaz entre los hijos de su señor, siéntenlo en el trono de su padre y combatan por la familia de su señor". (II Reyes 10, 3)

  • Al llegar a Samaría, ultimó allí a todos los que aún quedaban de la familia de Ajab: los exterminó a todos, conforme a la palabra que el Señor había dicho a Elías. (II Reyes 10, 17)

  • Estos son los lugares de residencia de los descendientes de Aarón, según los límites de sus campamentos: A los descendientes de Aarón, de la familia de los quehatitas -porque la suerte cayó primero sobre ellos- (I Crónicas 6, 39)

  • Los descendientes de Bela fueron Esbón, Uzí, Uziel, Ierimot e Irí: cinco en total; eran jefes de familia y hombres valerosos. Todos estaban registrados y su número era de 22.034. (I Crónicas 7, 7)

  • Todos estos fueron hijos de Iediael, jefes de familia y hombres valerosos; su número era de 17.200, aptos para combatir en la guerra. (I Crónicas 7, 11)

  • Después se unió a su mujer, la cual concibió y dio a luz un hijo, al que llamó Beriá, por la desgracia que había sufrido su familia. (I Crónicas 7, 23)

  • Los hijos de Ehúd, los jefes de familia de los que vivían en Gueba y a los que hicieron emigrar a Manájat, (I Crónicas 8, 6)

  • Ieús, Saquías y Mirmá. Estos fueron sus hijos, jefes de familia. (I Crónicas 8, 10)

  • Beriá y Semá fueron jefes de familia de los habitantes de Aialón, los que obligaron a huir a los habitantes de Gat. (I Crónicas 8, 13)

  • Estos eran los jefes de familia según sus listas genealógicas, y habitaban en Jerusalén. (I Crónicas 8, 28)

  • Salúm, hijo de Coré, hijo de Ebiasaf, hijo de Córaj, y sus hermanos los corajitas, de la misma familia. Ellos se ocupan del culto como guardianes de los umbrales de la Carpa, porque sus padres habían tenido a su cargo la guardia de acceso al campamento del Señor. (I Crónicas 9, 19)

  • y Sadoc, joven guerrero valeroso, con veintidós jefes de su familia. (I Crónicas 12, 29)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina