Trouvé 39 Résultats pour: estéril

  • Sarai era estéril y no tenía hijos. (Génesis 11, 30)

  • Porque Dios había hecho estéril el seno de todas las mujeres en la casa de Abimélec, a causa de Sara, la esposa de Abraham. (Génesis 20, 18)

  • Isaac oró al Señor por su esposa, que era estéril. El Señor lo escuchó, y su esposa Rebeca quedó embarazada. (Génesis 25, 21)

  • Cuando el Señor vio que Lía no era amada, la hizo fecunda, mientras que Raquel permaneció estéril. (Génesis 29, 31)

  • en tu país ninguna mujer abortará ni será estéril, y colmaré el número de tus días. (Exodo 23, 26)

  • -aquí el sacerdote deberá conjurar a la mujer con el juramento imprecatorio- que el Señor haga de ti un ejemplo de maldición e imprecación en medio de tu pueblo, volviéndote estéril e hinchando tu vientre. (Números 5, 21)

  • Que estas aguas portadoras de maldición penetren en tus entrañas, para que se hinche tu vientre y te vuelvas estéril". Y la mujer responderá: "Amén, amén". (Números 5, 22)

  • Después de darle a beber el agua, si la mujer se ha deshonrado siendo infiel a su marido, las aguas que entren en ella le provocarán amargura: su vientre se hinchará y ella se volverá estéril. Así la mujer quedará como ejemplo de maldición en medio de su pueblo. (Números 5, 27)

  • Serás más bendecido que todos los demás pueblos. Nadie será estéril entre ustedes, ni los hombres, ni las mujeres, ni los animales. (Deuteronomio 7, 14)

  • Había un hombre de Sorá, del clan de los danitas, que se llamaba Manóaj. Su mujer era estéril y no tenía hijos. (Jueces 13, 2)

  • El Ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: "Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo. (Jueces 13, 3)

  • Pero a Ana le daba una porción especial, porque la amaba, aunque el Señor la había hecho estéril. (I Samuel 1, 5)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina