Trouvé 701 Résultats pour: efusión del Espíritu Santo

  • Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4, 12)

  • Porque a los que una vez fueron iluminados y gustaron el don celestial, a los que participaron del Espíritu Santo (Hebreos 6, 4)

  • Él es el Sumo Sacerdote que necesitábamos: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado por encima del cielo. (Hebreos 7, 26)

  • En él se instaló un primer recinto, donde estaban el candelabro, la mesa y los panes de la oblación: era el lugar llamado Santo. (Hebreos 9, 2)

  • Luego, detrás del segundo velo había otro recinto, llamado el Santo de los santos. (Hebreos 9, 3)

  • El Espíritu Santo da a entender con esto que el camino del Santuario no es accesible mientras subsista el primer recinto. (Hebreos 9, 8)

  • ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente! (Hebreos 9, 14)

  • El Espíritu Santo atestigua todo esto, porque después de haber anunciado: (Hebreos 10, 15)

  • Piensen, entonces, qué castigo merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, el que profanó la sangre de la Alianza con la cual fue santificado y ultrajó al Espíritu de la gracia. (Hebreos 10, 29)

  • Por la fe, Noé, al ser advertido por Dios acerca de lo que aún no se veía, animado de santo temor, construyó un arca para salvar a su familia. Así, por esa misma fe, condenó al mundo y heredó la justicia que viene de la fe. (Hebreos 11, 7)

  • Después de todo, nuestros padres carnales nos corregían, y no por eso dejábamos de respetarlos. Con mayor razón, entonces, debemos someternos al Padre de nuestro espíritu, para poseer la Vida. (Hebreos 12, 9)

  • Pero si ustedes están dominados por la rivalidad y por el espíritu de discordia, no se vanagloríen ni falten a la verdad. (Santiago 3, 14)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina