Trouvé 7416 Résultats pour: confianza en el Señor

  • Que el Señor de la paz les conceda la paz, siempre y en toda forma. El Señor esté con todos ustedes. (II Tesalonicenses 3, 16)

  • La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes. (II Tesalonicenses 3, 18)

  • saluda a Timoteo, su verdadero hijo en la fe. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor. (I Timoteo 1, 2)

  • Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque me ha fortalecido y me ha considerado digno de confianza, llamándome a su servicio (I Timoteo 1, 12)

  • Y sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y el amor de Cristo Jesús. (I Timoteo 1, 14)

  • Hay viudas que lo son realmente, porque se han quedado solas y tienen puesta su confianza en Dios, consagrando sus días y sus noches a la súplica y a la oración. (I Timoteo 5, 5)

  • Si alguien enseña otra cosa y no se atiene a los preceptos saludables de nuestro Señor Jesucristo, ni a la doctrina que es conforme a la piedad, (I Timoteo 6, 3)

  • observa lo que está prescrito, manteniéndote sin mancha e irreprensible hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo, (I Timoteo 6, 14)

  • Manifestación que hará aparecer a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y Señor de los señores, (I Timoteo 6, 15)

  • A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean orgullosos. Que no pongan su confianza en la inseguridad de las riquezas, sino en Dios, que nos provee de todas las cosas en abundancia a fin de que las disfrutemos. (I Timoteo 6, 17)

  • saluda a Timoteo, su hijo muy querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo. (II Timoteo 1, 2)

  • No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios. (II Timoteo 1, 8)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina