Trouvé 740 Résultats pour: cada

  • Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido. (Colosenses 4, 6)

  • Y como recordarán, los hemos exhortado y animado a cada uno personalmente, como un padre a sus hijos, (I Tesalonicenses 2, 11)

  • Que el Señor los haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes. (I Tesalonicenses 3, 12)

  • que cada uno sepa usar de su cuerpo con santidad y respeto, (I Tesalonicenses 4, 4)

  • Que sea cuestión de honor para ustedes vivir en paz, cumpliendo cada uno sus obligaciones y trabajando con sus manos, de acuerdo con mis directivas. (I Tesalonicenses 4, 11)

  • Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios a causa de ustedes, y es justo que lo hagamos, porque la fe de ustedes progresa constantemente y se acrecienta el amor de cada uno hacia los demás. (II Tesalonicenses 1, 3)

  • Te he dejado en Creta, para que terminaras de organizarlo todo y establecieras presbíteros en cada ciudad de acuerdo con mis instrucciones. (Tito 1, 5)

  • Antes bien, anímense mutuamente cada día mientras dure este hoy, a fin de que nadie se endurezca, seducido por el pecado. (Hebreos 3, 13)

  • Solamente deseamos que cada uno muestre siempre el mismo celo para asegurar el cumplimiento de su esperanza. (Hebreos 6, 11)

  • Él no tiene necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados, y después por los del pueblo. Esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. (Hebreos 7, 27)

  • Efectivamente, cuando Moisés promulgó delante de todo el pueblo cada uno de los mandamientos escritos en la Ley, tomó la sangre de novillos y chivos -junto con el agua, la lana escarlata y el hisopo- y roció el Libro y también a todo el pueblo, (Hebreos 9, 19)

  • Y no entró para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como lo hace el Sumo Sacerdote que penetra cada año en el Santuario con una sangre que no es la suya. (Hebreos 9, 25)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina