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Habitarán en la tierra que di a mi servidor Jacob, donde habitaron sus padres. Allí habitarán para siempre, ellos, sus hijos y sus nietos; y mi servidor David será su príncipe eternamente. (Ezequiel 37, 25)
Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Gog, el príncipe supremo de Mésec y Tubal, en el país de Magog, y profetiza contra él. (Ezequiel 38, 2)
Tú dirás: Así habla el Señor: Aquí estoy contra ti, Gog, príncipe supremo de Mésec y Tubal. (Ezequiel 38, 3)
Y tú, hijo de hombre profetiza contra Gog. Dirás: Así habla el Señor: Aquí estoy contra ti, Gog, príncipe supremo de Mésec y Tubal. (Ezequiel 39, 1)
Solamente el príncipe en ejercicio se sentará allí para comer en la presencia del Señor. Él entrará por el camino del vestíbulo de la puerta y saldrá por ese mismo camino". (Ezequiel 44, 3)
Al príncipe le corresponderá una propiedad, a ambos lados de la parte reservada al Santuario y de los límites de la ciudad: se extenderá a lo largo de ellos, por el lado occidental hacia el oeste y por el lado oriental hacia el este. Esa propiedad tendrá una longitud igual a la de las otras partes del país, desde la frontera occidental hasta la frontera oriental (Ezequiel 45, 7)
Todo el pueblo del país deberá reservar este tributo para el príncipe de Israel. (Ezequiel 45, 16)
Pero el príncipe se encargará de los holocaustos, la oblación y la libación, en las fiestas, los días de luna nueva, los sábados y todas las solemnidades del pueblo de Israel. Él proveerá lo necesario para el sacrificio por el pecado, para la oblación, el holocausto y los sacrificios de comunión, a fin de expiar por el pueblo de Israel. (Ezequiel 45, 17)
Aquel día, el príncipe ofrecerá un ternero por sí mismo y por todo el pueblo del país, en sacrificio por el pecado. (Ezequiel 45, 22)
El día quince del séptimo mes, con ocasión de la Fiesta, el príncipe hará lo mismo durante siete días: el mismo sacrificio por el pecado, el mismo holocausto, la misma oblación y el mismo aceite. (Ezequiel 45, 25)
El príncipe entrará desde afuera, por el vestíbulo de la puerta, y se quedará de pie junto al poste de la puerta. Los sacerdotes ofrecerán su holocausto y su sacrificio de comunión, y él se postrará sobre el umbral de la puerta. Luego saldrá, pero la puerta no se cerrará hasta la tarde. (Ezequiel 46, 2)
El holocausto que el príncipe ofrecerá al Señor el día sábado, será de seis corderos sin defecto y de un carnero sin defecto; (Ezequiel 46, 4)
