Trouvé 57 Résultats pour: Pequeños
En ese momento, el profeta Habacuc, que estaba en Judea, acababa de hacer preparar un guiso y de poner pequeños trozos de pan en una canasta, e iba hacia el campo a llevar su comida a los segadores. (Daniel 14, 33)
reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial! (Joel 2, 16)
¡Despierta, espada, contra mi pastor y contra el hombre que me acompaña! -oráculo del Señor de los ejércitos-. Hiere al pastor y que se dispersen las ovejas, y yo volveré mi mano contra los pequeños. (Zacarías 13, 7)
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa». (Mateo 10, 42)
En aquel tiempo, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. (Mateo 11, 25)
El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. (Mateo 18, 5)
Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar. (Mateo 18, 6)
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial. (Mateo 18, 10)
De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. (Mateo 18, 14)
Tenían, además, unos cuantos pescados pequeños, y después de pronunciar la bendición sobre ellos, mandó que también los repartieran. (Marcos 8, 7)
«El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado». (Marcos 9, 37)
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. (Marcos 9, 42)