Trouvé 1193 Résultats pour: Lia

  • Porque realmente se aliaron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato con las naciones paganas y los pueblos de Israel, contra tu santo servidor Jesús, a quien tú has ungido. (Hechos 4, 27)

  • Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en el pueblo. Todos solían congregarse unidos en un mismo espíritu, bajo el pórtico de Salomón, (Hechos 5, 12)

  • Le dio luego la alianza sellada con la circuncisióny así Abraham, cuando nació su hijo Isaac, lo circuncidó al octavo día; Isaac hizo lo mismo con Jacob, y Jacob con los doce patriarcas. (Hechos 7, 8)

  • Este mandó llamar a su padre Jacob y a toda su familia, unas setenta y cinco personas. (Hechos 7, 14)

  • Al día siguiente sorprendió a dos israelitas que se estaban peleando y trató de reconciliarlos, diciéndoles: "Ustedes son hermanos, ¿por qué se hacen daño?". (Hechos 7, 26)

  • Entonces el Señor le dijo: "Quítate las sandalias porque estás pisando un lugar sagrado. (Hechos 7, 33)

  • Porque los espíritus impuros, dando grandes gritos, salían de muchos que estaban poseídos, y buen número de paralíticos y lisiados quedaron curados. (Hechos 8, 7)

  • Simón también creyó y, una vez bautizado, no se separaba de Felipe. Al ver los signos y los grandes prodigios que se realizaban, él no salía de su asombro. (Hechos 8, 13)

  • Era un hombre piadoso y temeroso de Dios, lo mismo que toda su familia; hacía abundantes limosnas al pueblo y oraba a Dios sin cesar. (Hechos 10, 2)

  • Al otro día, llegaron a Cesarea. Cornelio los esperaba, y había reunido a su familia y a sus amigos íntimos. (Hechos 10, 24)

  • Él te anunciará un mensaje de salvación para ti y para toda tu familia". (Hechos 11, 14)

  • El Ángel le dijo: «Tienes que ponerte el cinturón y las sandalias», y Pedro lo hizo. Después le dijo: «Cúbrete con el manto y sígueme». (Hechos 12, 8)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina