Trouvé 108 Résultats pour: Altísimo

  • hasta que vino el Anciano, se hizo justicia a los Santos del Altísimo y llegó el momento en que los Santos entraron en posesión de la realeza. (Daniel 7, 22)

  • Hablará contra el Altísimo y maltratará a los Santos del Altísimo. Tratará de cambiar los tiempos festivos y la Ley, y los Santos serán puestos en sus manos por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo. (Daniel 7, 25)

  • Y la realeza, el dominio y la grandeza de todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los Santos del Altísimo. Su reino es un reino eterno, y todos los imperios lo servirán y le obedecerán". (Daniel 7, 27)

  • gritando con fuerza: «¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!». (Marcos 5, 7)

  • él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, (Lucas 1, 32)

  • El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. (Lucas 1, 35)

  • Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, (Lucas 1, 76)

  • Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos. (Lucas 6, 35)

  • Al ver a Jesús, comenzó a gritar, cayó a sus pies y dijo con voz potente: «¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? Te ruego que no me atormentes». (Lucas 8, 28)

  • si bien es cierto que el Altísimo no habita en casas hechas por la mano del hombre. Así lo dice el Pro feta: (Hechos 7, 48)

  • Ella comenzó a seguirnos, a Pablo y a nosotros, gritando: «Esos hombres son los servidores del Dios Altísimo, que les anuncian a ustedes el camino de la salvación». (Hechos 16, 17)

  • Este Melquisedec, que era rey de Salém, sacerdote de Dios, el Altísimo, salió al encuentro de Abraham cuando este volvía de derrotar a los reyes y lo bendijo; (Hebreos 7, 1)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina