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Por eso, así dice Yavé del rey de Asur: «No pondrá pie en esta ciudad, no lanzará flechas contra ella, no levantará escudo, ni la cercará con trincheras. Volverá por el camino que ha venido, (2 Reyes 19, 32)
Había una pequeña ciudad, con pocos habitantes. Se presentó un rey y le puso sitio con parepetos y trincheras. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 14)
Instalaré mi campamento frente a ti como David, te rodearé de empalizadas y cavaré trincheras a tu alrededor. (Isaías 29, 3)
Como un sueño que se tiene de noche, así será para la multitud de naciones, que iban a pelear contra Ariel, para sus ejércitos que la rodeaban, para sus trincheras y sus empalizadas. (Isaías 29, 7)
Pues, respecto de las casas de esta ciudad y de los palacios reales, que van a ser demolidos, para servir de trincheras y de muros de defensa contra los caldeos, (Jeremías 33, 4)
Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. El año nueve del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes del año, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército a atacar a Jerusalén, instaló su campamento frente a la ciudad y la rodeó de trincheras. (Jeremías 52, 4)
La suerte hace que salga Jerusalén en su mano derecha. Inmediatamente lanza un grito de guerra: "¡Emplacen las maquinarias junto a las puertas, levanten terraplenes, caven trincheras!" (Ezequiel 21, 27)
Pasará a espada a las ciudades que están en tierra firme, cavará en su derredor trincheras, construirá terraplenes y levantará un muro de defensa, echará abajo tus fortificaciones a fuerza de arietes y demolerá tus torres con sus máquinas de asalto. (Ezequiel 26, 8)
Vendrá el rey del norte, levantará trincheras y se apoderará de una ciudad fortificada. El rey del sur no podrá resistirle, él y las tropas escogidas de su pueblo (Daniel 11, 15)
Ahora ¡ánimo!, fortaleza, pues nos rodean con trincheras y le dan un varillazo en la cara al que gobierna a Israel. (Miqueas 4, 14)
Vendrán días sobre ti en que tus enemigos te cercarán de trincheras, te atacarán y te oprimirán por todos los lados. (Evangelio según San Lucas 19, 43)
