Trouvé 470 Résultats pour: sacerdote

  • Los hijos de Israel no sacrificarán más sus víctimas en el campo, sino que las traerán al sacerdote, a la entrada de la Tienda de las Citas. Allí las ofrecerán a Yavé como sacrificios de comunión. (Levítico 17, 5)

  • El sacerdote derramará la sangre sobre el altar de Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas y quemará las grasas como calmante olor para Yavé. (Levítico 17, 6)

  • Con este carnero el sacerdote hará reparación por él ante Yavé, por el pecado que cometió, y se le perdonará el pecado. (Levítico 19, 22)

  • No tomarán una mujer prostituta o deshonrada, ni tampoco una mujer despedida por su marido, porque el sacerdote está consagrado a Dios. (Levítico 21, 7)

  • Al sacerdote lo tendrás por santo, pues él ofrece el pan de tu Dios; será santo para ti porque yo soy Santo, yo Yavé, que les santifico a ustedes. (Levítico 21, 8)

  • Si se prostituye la hija de un sacerdote, se profana a sí misma y a su padre: será quemada viva. (Levítico 21, 9)

  • El sacerdote que ha sido puesto más alto que sus hermanos, sobre cuya cabeza se ha derramado el óleo de unción, y que ha sido consagrado para revestir las vestiduras, en ningún caso tendrá su cabellera suelta ni rasgará sus vestidos. (Levítico 21, 10)

  • El sumo sacerdote tomará mujer virgen. No tomará una viuda o una mujer despedida, o deshonrada o prostituta. (Levítico 21, 13)

  • Ningún descendiente del sacerdote Aarón que tenga un defecto, se acercará para ofrecer a Yavé los sacrificios por el fuego. El que tiene alguna diformidad no ofrecerá el alimento de su Dios; (Levítico 21, 21)

  • Ningún extraño comerá de las cosas sagradas; el que viva en casa del sacerdote o que trabaje a su servicio, no comerá de las cosas sagradas. (Levítico 22, 10)

  • Pero si un sacerdote adquiere un esclavo comprándolo, éste podrá comer de las cosas sagradas y también los que han nacido en su casa comerán de su alimento. (Levítico 22, 11)

  • La hija de un sacerdote, si está casada con un extraño, no podrá comer de las cosas sagradas. (Levítico 22, 12)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina