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  • Todos éstos se habían casado con mujeres extranjeras y muchos de ellos tenían hijos de ellas. (Esdras 10, 44)

  • El pueblo de Judá decía: «Ya fallan las fuerzas de los cargadores y todavía quedan muchos escombros, nunca podremos rehacer la muralla.» (Nehemías 4, 4)

  • Pues Tobías tenía muchos amigos en Judá porque era yerno de Secanías, hijo de Araj, y por estar casado su hijo Jojanán con la hija de Mesulam, hijo de Berequías. (Nehemías 6, 18)

  • Durante muchos años tuviste paciencia con ellos, les advertiste por tu Espíritu, por boca de los profetas, pero ellos no escucharon. (Nehemías 9, 30)

  • También enterré a los que mató Senaquerib a su regreso de Judea, después del castigo que recibió del Rey del cielo, a causa de sus blasfemias. En su enojo, mató a muchos israelitas, y yo escondí sus cuerpos y los enterré. Senaquerib los buscó, pero no los encontró. (Tobías 1, 18)

  • Tú, hijo, cuando sepultes a tu madre aquí junto a mí, márchate de Nínive. Yo sé que aquí se cometen muchas injusticias y muchos engaños, y todos lo encuentran normal. (Tobías 14, 9)

  • Se unieron a él todos los habitantes de la montaña, los del Eufrates, del Tigris, del Hidaspes y de la llanura de Arioj, rey de Elam. Fueron muchos los pueblos que se reunieron para combatir a los hijos de Jeleud. (Judit 1, 6)

  • El Señor oyó su voz y comprendió su angustia. El pueblo ayunó muchos días en Judá y Jerusalén ante el Templo del Señor Omnipotente. (Judit 4, 13)

  • Muchos le ofrecieron matrimonio, pero no aceptó a nadie desde que murió su esposo Manasés, y fue a reunirse con su pueblo. (Judit 16, 22)

  • De igual manera, apenas se conoció en las provincias el edicto real, todo era entre los judíos duelo, ayuno, lágrimas y lamentos. Muchos dormían vestidos de saco y en medio de la ceniza. (Ester 4, 3)

  • Tenía muchos servidores y poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas burras. Este hombre era el más famoso entre todos los hijos de oriente. (Job 1, 3)

  • Cuando te acuestes, no te molestarán y muchos te vendrán a adular. (Job 11, 19)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina