Trouvé 58 Résultats pour: llamada

  • Después de eso, Sansón se enamoró de una mujer del valle de Sorec llamada Dalila. (Jueces 16, 4)

  • Saúl había tenido una concubina llamada Risfá, hija de Avyá, y Abner la tomó para sí. Isbaal entonces dijo a Abner: «¿Por qué te has acostado con la concubina de mi padre?» (2 Samuel 3, 7)

  • Esto es lo que ocurrió después: Absalón, hijo de David, tenía una hermana muy bella llamada Tamar, y Amnón, hijo de David, se enamoró de ella. (2 Samuel 13, 1)

  • Luego de buscar por todo el país, encontraron en Sunem a una niña llamada Abisag y se la llevaron al rey. (1 Reyes 1, 3)

  • Ajimas, en Neftalí; también él se casó con una hija de Salomón, llamada Basemat. (1 Reyes 4, 15)

  • Salomón congregó en Jerusalén a todos los jefes de Israel, a los jefes de sus tribus y a los príncipes de sus familias, para subir el Arca de la Alianza de Yavé desde la ciudad de David llamada Sión. (1 Reyes 8, 1)

  • Jeroboam era hijo de Nabat, efratita de Sereda. Su madre era una viuda llamada Cerva. Estaba al servicio de Salomón y también se levantó contra el rey. (1 Reyes 11, 26)

  • Luego dijo a Guejazí, su muchacho: «Llama a la dueña de la casa.» Vino ella a la llamada y se detuvo ante Eliseo, (2 Reyes 4, 12)

  • Siendo mayor de edad, me casé con una joven de nuestra familia llamada Ana, de la que tuve un hijo al que llamé Tobías. Cuando fuimos desterrados a Nínive, (Tobías 1, 9)

  • «Hermano Tobías.» El respondió: «¿Qué quieres?» Y añadió: «Esta noche nos quedaremos en casa de Ragüel; es tu pariente y tiene una hija llamada Sara; (Tobías 6, 11)

  • Ahora bien, Mardoqueo tenía en su casa a una joven de buena presencia y lindo rostro llamada Hadassá, es decir, Ester. Esta era hija de un tío suyo, y como había quedado huérfana, Mardoqueo la había adoptado como hija. (Ester 2, 7)

  • El hijo de Abubos los recibió traidoramente en una pequeña fortaleza llamada Doc, que él había construido. Les dio un gran banquete, pero puso hombres al acecho. (1 Macabeos 16, 15)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina