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a la asamblea en fiesta de los primeros ciudadanos del cielo; a Dios, juez universal, al que rodean los espíritus de los justos que ya alcanzaron su perfección; (Carta a los Hebreos 12, 23)
Su voz conmovió entonces la tierra, pero ahora se nos da este aviso: Esta última vez haré temblar no sólo la tierra sino también el cielo. (Carta a los Hebreos 12, 26)
pues nuestro Dios es fuego devorador. (Carta a los Hebreos 12, 29)
La lengua es un fuego, y es un mundo de maldad; rige nuestro organismo y mancha a toda la persona: el fuego del infierno se mete en ella y lo transmite a toda nuestra vida. (Carta de Santiago 3, 6)
su oro y su plata se han oxidado. El óxido se levanta como acusador contra ustedes y como un fuego les devora las carnes. ¿Cómo han atesorado, si ya eran los últimos tiempos? (Carta de Santiago 5, 3)
Otro punto muy importante, hermanos: no juren, ni por el cielo, ni por la tierra, ni de ninguna otra forma. Que su sí sea sí, y su no, no; de otro modo serían reprensibles. (Carta de Santiago 5, 12)
después oró de nuevo y el cielo dio lluvia y la tierra produjo frutos. (Carta de Santiago 5, 18)
Si el oro debe ser probado pasando por el fuego, y es sólo cosa pasajera, con mayor razón su fe, que vale mucho más. Esta prueba les merecerá alabanza, honor y gloria el día en que se manifieste Cristo Jesús. (1º Carta de Pedro 1, 7)
Estaban preparando lo que mantiene a los ángeles en suspenso, y que ahora les ha sido anunciado por los evangelizadores de ustedes, al mismo tiempo que el Espíritu Santo les era enviado desde el cielo. Y les fue revelado que todo esto sería, no para ellos, sino para ustedes. (1º Carta de Pedro 1, 12)
El se ha ido al cielo y está a la derecha de Dios, después de someter a los ángeles, a las dominaciones y las potestades. (1º Carta de Pedro 3, 22)
Queridos hermanos, no se sorprendan por el fuego que ha prendido en medio de ustedes para ponerlos a prueba. No es algo insólito lo que les sucede. (1º Carta de Pedro 4, 12)
Nosotros mismos escuchamos esa voz venida del cielo estando con él en el cerro santo. (2º Carta de Pedro 1, 18)