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  • Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre.» (Evangelio según San Juan 6, 27)

  • Sí, ésta es la decisión de mi Padre: toda persona que al contemplar al Hijo crea en él, tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.» (Evangelio según San Juan 6, 40)

  • En verdad les digo: El que cree tiene vida eterna. (Evangelio según San Juan 6, 47)

  • El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. (Evangelio según San Juan 6, 54)

  • Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. (Evangelio según San Juan 6, 68)

  • y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi mano. (Evangelio según San Juan 10, 28)

  • El que ama su vida la destruye; y el que desprecia su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna. (Evangelio según San Juan 12, 25)

  • Yo sé que su mandato es vida eterna, y yo entrego mi mensaje tal como me lo mandó el Padre.» (Evangelio según San Juan 12, 50)

  • Yú le diste poder sobre todos los mortales, y quieres que comunique la vida eterna a todos aquellos que le encomendaste. (Evangelio según San Juan 17, 2)

  • Y ésta es la vida eterna: conocerte a ti, único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesus, el Cristo. (Evangelio según San Juan 17, 3)

  • Entonces Pablo y Bernabé les hablaron con coraje: «Era necesario que la Palabra de Dios fuera anunciada a ustedes en primer lugar. Pues bien, si ustedes la rechazan y se condenan a sí mismos a no recibir la vida eterna, sepan que ahora nos dirigimos a los que no son judíos. (Hecho de los Apóstoles 13, 46)

  • Los que no eran judíos se alegraban al oír estas palabras y tomaban en consideración el mensaje del Señor. Y creyeron todos los que estaban destinados para una vida eterna. (Hecho de los Apóstoles 13, 48)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina