Trouvé 66 Résultats pour: cuello

  • Dice Yavé: «Muy orgullosas andan las damas de Sión, con el cuello estirado y la mirada provocativa, y caminan a pasitos cortos haciendo sonar las pulseras de sus pies.» (Isaías 3, 16)

  • ¡Llega hasta Judá inundándolo todo, sus aguas le llegan hasta el cuello! Aquí está y sus alas abiertas cubren todo lo ancho de tu país, ¡oh Emmanuel! (Isaías 8, 8)

  • Entonces, la carga se caerá de tu espalda, su yugo dejará de pesar en tu cuello, y la abundancia reemplazará la opresión.. (Isaías 10, 27)

  • Su respiración es como un torrente que se desborda y que le llega a uno hasta el cuello. El viene para colar a las naciones con un colador muy fino y a poner sus riendas con freno en el hocico de los pueblos. (Isaías 30, 28)

  • Yo sabía que eres porfiado, que tu cuello es como una barra de hierro y que tienes la frente como de bronce. (Isaías 48, 4)

  • ¡Sacude el polvo! ¡Levántate, Jerusalén, tú que estabas cautiva, y desata las ligaduras de tu cuello, Hija de Sión! (Isaías 52, 2)

  • Publíquenlo en Judá y que se oiga en Jerusalén. Toquen la trompeta en todo el país; griten a voz en cuello y digan: «Juntémonos y entremos en las ciudades fortificadas. (Jeremías 4, 5)

  • Y dirán: «¡Ah, Señor Yavé! ¡Mira cómo nos has engañado, cuando afirmabas: Ustedes vivirán en paz; mientras que ahora estamos con la espada al cuello!» (Jeremías 4, 10)

  • le llegó a Jeremías una palabra de Yavé: «Búscate unos cordeles y un yugo, y colócatelo al cuello, (Jeremías 27, 2)

  • Pero a la nación que doble su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y le obedezca, la dejaré tranquila en su suelo, dice Yavé, y lo cultivará y vivirá en él.» (Jeremías 27, 11)

  • Entonces el profeta Ananías tomó el yugo que el profeta Jeremías llevaba sobre el cuello y lo rompió; (Jeremías 28, 10)

  • Porque así habla Yavé: «Yo pongo un yugo de hierro al cuello de todas estas naciones para someterlas a Nabucodonosor, rey de Babilonia, para que lo sirvan; a todos los he entregado a Nabucodonosor, hasta los animales del campo.» (Jeremías 28, 14)


“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina