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Ellos se asustaron porque los llevaban a la casa de José, y comentaban entre sí: «Seguramente nos traen aquí a causa del dinero que nos fue devuelto la primera vez. Nos están preparando una trampa y nos van a asaltar; nos tomarán como esclavos y se apoderarán de nuestros burros.» (Génesis 43, 18)
Entonces todos ustedes se acercaron a mí y me dijeron: Manda mejor algunos hombres delante de nosotros para que exploren el país y nos enseñen los caminos que llevan a las ciudades que podremos asaltar . (Deuteronomio 1, 22)
Josué, pues, salió con todos sus guerreros para asaltar Hay. Después, eligió treinta mil hombres, todos guerreros valientes, y los envió de noche. (Josué 8, 3)
En el tiempo que el rey de Aram organizaba expediciones contra Israel, celebró consejo con sus oficiales y les dijo: «Vamos a asaltar tal pueblo.» (2 Reyes 6, 8)
Y nuestros enemigos decían: «Los vamos a asaltar por sorpresa antes de que se enteren. Matémoslos y no se hablará más de su proyecto.» (Nehemías 4, 5)
Sabe que se acerca el día sin luz, ansiedad y angustia lo vienen a asaltar su mal es peor que si un rey lo atacase. (Job 15, 24)
Después de muchas batallas y de asaltar fortalezas y dar muerte a los reyes de esas naciones, (1 Macabeos 1, 2)
Pero Judas lo supo y salió a su vez con sus guerreros con intención de asaltar el ejército del rey que estaba en Emaús, (1 Macabeos 4, 3)
y se preparan para asaltar la fortaleza en la que estamos refugiados. Su jefe es Timoteo. (1 Macabeos 5, 11)
refirieron también que otros estaban atrincherados en otras ciudades de Galaad y que los paganos habían decidido asaltar sus defensas, al día siguiente, echar mano de ellos y exterminarlos a todos en un solo día. (1 Macabeos 5, 27)
Estoy preparando a los que te van a asaltar con hacha en mano, echarán abajo tus cedros más hermosos para tirarlos al fuego. (Jeremías 22, 7)
Pues bien ahora los terraplenes que se han construido para asaltar la ciudad ya están llegando a ella, y la ciudad va a caer en manos de los caldeos, que la atacan a espada, hambre y peste. Todo lo que tú anunciaste se está cumpliendo, como tú lo ves. (Jeremías 32, 24)
