Trouvé 372 Résultats pour: altar de oro

  • A la entrada de la Morada colocó la cortina, y en la misma entrada de la Morada colocó también el altar de los holocaustos, (Exodo 40, 28)

  • Puso la pileta entre la Tienda de las Citas y el altar y echó agua en ella para las abluciones; (Exodo 40, 30)

  • Siempre que entraban en la Tienda de las Citas y siempre que se acercaban al altar se lavaban, como Yavé había mandado a Moisés. (Exodo 40, 32)

  • Por fin dispuso el atrio que rodeaba el Santuario y el altar y colgó la cortina a la entrada del atrio. Así Moisés terminó todas las obras. (Exodo 40, 33)

  • Sacrificará el novillo delante de Yavé y los sacerdotes, hijos de Aarón, ofrecerán la sangre derramándola sobre el altar que está a la entrada de la Tienda de las Citas, y todo en derredor. (Levítico 1, 5)

  • luego los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego en el altar y colocarán leña sobre el fuego; (Levítico 1, 7)

  • acomodarán los trozos con la cabeza y las grasas encima de la leña colocada sobre el fuego del altar. (Levítico 1, 8)

  • Lavarán con agua las entrañas y las patas, y el sacerdote lo quemará todo en el altar. Así es el holocausto, y es un sacrificio por el fuego cuyo suave olor apacigua a Yavé. (Levítico 1, 9)

  • Lo sacrificarán ante Yavé, al lado norte del altar; los sacerdotes derramarán la sangre en el altar y en todo su derredor. (Levítico 1, 11)

  • Luego lo despedazarán en porciones y el sacerdote lo dispondrá con la cabeza y el sebo encima de la leña colocada sobre el fuego del altar. (Levítico 1, 12)

  • Lavarán con agua las entrañas y las patas y el sacerdote lo ofrecerá y lo quemará en el altar. Así es el holocausto, y es un sacrificio por el fuego cuyo suave olor apacigua a Yavé. (Levítico 1, 13)

  • El sacerdote presentará la víctima en el altar, le retorcerá la cabeza y la quemará sobre el altar; la sangre la exprimirá sobre la pared del altar. (Levítico 1, 15)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina