Trouvé 35 Résultats pour: Vestíbulo

  • Midió el vestíbulo, que llegaba a veinte codos, el atrio se extendía alrededor del pórtico. (Ezequiel 40, 14)

  • Desde la fachada del pórtico hasta el fondo del vestíbulo interior, había cincuenta codos. (Ezequiel 40, 15)

  • Las piezas y los pilares estaban provistos de ventanas con rejillas que daban al interior del pórtico; también las había alrededor del vestíbulo. Los pilares estaba decorados con palmas. (Ezequiel 40, 16)

  • Las seis piezas repartidas a ambos lados, los pilares y el vestíbulo tenían las mismas dimensiones que en el primer pórtico; su largo era de cincuenta codos y su profundidad, de veinticinco. (Ezequiel 40, 21)

  • Las ventanas, el vestíbulo y las palmas tenían la misma dirección que las del pórtico del este; se llegaba a ellas por siete escalones y el vestíbulo daba al interior. (Ezequiel 40, 22)

  • Me condujo entonces al sur, y en el sur había un pórtico; midió sus pilares y vestíbulo: tenían las mismas dimensiones. (Ezequiel 40, 24)

  • El pórtico, el vestíbulo y las ventanas en derredor eran semejantes, el ancho del pórtico era de cincuenta codos y su profundidad, de veinticinco. (Ezequiel 40, 25)

  • Se llegaba al vestíbulo por siete peldaños, palmas decoraban los pilares de un extremo al otro. (Ezequiel 40, 26)

  • Sus piezas, sus pilares y su vestíbulo tenían las mismas dimensiones; el pórtico y su vestíbulo tenían ventanas a su alrededor, el largo del pórtico era de cincuenta codos y su ancho de veinticinco. (Ezequiel 40, 29)

  • Su vestíbulo daba al patio exterior, palmas adornaban sus pilares y se llegaba a él por ocho escalones. (Ezequiel 40, 31)

  • Sus piezas, sus pilares y su vestíbulo tenían las mismas dimensiones, el pórtico y su vestíbulo tenían ventanas en su derredor. Su ancho era de cincuenta codos y su profundidad de veinticinco. (Ezequiel 40, 33)

  • Su vestíbulo daba al patio exterior, palmas adornaban sus pilares de un extremo al otro y se llegaba a él por ocho escalones. (Ezequiel 40, 34)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina