Trouvé 957 Résultats pour: Oración de David
Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, (Evangelio según San Mateo 1, 20)
Al retirarse Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que gritaban: «¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!» (Evangelio según San Mateo 9, 27)
Jesús les contestó: «¿No han leído ustedes lo que hizo David un día que tenía hambre, él y su gente? (Evangelio según San Mateo 12, 3)
Ante esto, toda la gente quedó asombrada y preguntaban: «¿No será éste el hijo de David?» (Evangelio según San Mateo 12, 23)
Una mujer cananea, que llegaba de ese territorio, empezó a gritar: «¡Señor, hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está atormentada por un demonio.» (Evangelio según San Mateo 15, 22)
(Esta clase de demonios sólo se puede expulsar con la oración y el ayuno).» (Evangelio según San Mateo 17, 21)
En algún momento, dos ciegos estaban sentados a la orilla del camino, y al enterarse de que pasaba Jesús, comenzaron a gritar: «¡Señor, hijo de David, ten compasión de nosotros!» (Evangelio según San Mateo 20, 30)
La gente les decía que se callaran, pero ellos gritaban aun más fuerte: «¡Señor, hijo de David, ten compasión de nosotros!» (Evangelio según San Mateo 20, 31)
Y el gentío que iba delante de Jesús, así como los que le seguían, empezaron a gritar: «¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto de los cielos!» (Evangelio según San Mateo 21, 9)
«Está escrito: Mi casa será llamada Casa de Oración. Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones.» (Evangelio según San Mateo 21, 13)
Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley vieron las cosas tan asombrosas que Jesús acababa de hacer y a los niños que clamaban en el Templo: «¡Hosanna al hijo de David!». Estaban furiosos (Evangelio según San Mateo 21, 15)
¡Quítate de ahí y échate al mar!, y así sucederá. Todo lo que pidan en la oración, con tal de que crean, lo recibirán.» (Evangelio según San Mateo 21, 22)