Trouvé 20 Résultats pour: Naamán

  • Los hijos de Benjamín: Bela, Beker, Asbel, Gera, Naamán, Equi, Ros, Mofín, Ofín y Ared. (Génesis 46, 21)

  • Los hijos de Belá fueron Ard y Naamán: de Ard, el clan ardita; de Naamán, el clan naamanita. (Números 26, 40)

  • Naamán era el jefe del ejército del rey de Aram. Este hombre era muy estimado. Gozaba del favor del rey porque Yavé se había valido de él para conducir a la victoria el ejército de los arameos. Pero este valiente estaba enfermo de lepra. (2 Reyes 5, 1)

  • Un día, unos soldados arameos entraron al país de Israel y se llevaron cautiva a una muchachita, que quedó al servicio de la mujer de Naamán. (2 Reyes 5, 2)

  • Fue entonces Naamán ante el rey y le dijo: «Esto dice la muchachita que me trajeron de Israel.» (2 Reyes 5, 4)

  • Le dijo el rey de Aram: «Anda donde el profeta y además mandaré una carta al rey de Israel.» Naamán, pues, se fue tomando diez barras de oro, seis mil monedas de plata y diez vestiduras. (2 Reyes 5, 5)

  • Al llegar entregó al rey de Israel la carta, que decía: «Te presento a mi servidor Naamán para que lo sanes de su lepra.» (2 Reyes 5, 6)

  • Naamán, pues, llegó con su carro y sus caballos, y se detuvo ante la casa de Eliseo. (2 Reyes 5, 9)

  • Naamán se enojó y se retiró. Había pensado: «A mi llegada saldrá personalmente a encontrarme, se detendrá y rogará a Yavé. Con su mano tocará la parte enferma y quedaré sano. (2 Reyes 5, 11)

  • Naamán aceptó bajar al Jordán y se bañó siete veces, como le había dicho Eliseo. Su piel se puso suave como la de un niño y quedó purificado. (2 Reyes 5, 14)

  • Entonces Naamán regresó al hombre de Dios con toda su gente. Entró y le dijo: «Ahora sé que no hay en el mundo otro Dios que el de Israel. Te pido que aceptes estos regalos de parte de tu servidor.» (2 Reyes 5, 15)

  • Pero Eliseo contestó: «Lo juro por Yavé, a quien sirvo: no los aceptaré.» Y por más que Naamán insistió, no aceptó sus regalos. (2 Reyes 5, 16)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina