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En cambio, si el justo se aparta de su justicia y se dedica a hacer el mal, ( ) si comete las mismas fechorías que cometía el malo, serán dadas al olvido todas las obras de justicia que practicó. Morirá a causa de la infidelidad de la que se hizo culpable y del pecado que cometió. (Ezequiel 18, 24)
A la tierra de Israel le dirás esta palabra de Yavé: Me lanzo contra ti. Sacaré mi espada de la vaina y acabaré con el justo y con el malo. (Ezequiel 21, 8)
Cuando diga al malo: "¡Malo, vas a morir!", si no le hablas, si no haces que se preocupe por su mala conducta, el malo morirá debido a su pecado, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. (Ezequiel 33, 8)
Al contrario, si le has llamado la atención al malo por su mala conducta y no se aparta de ella, si no deja su mala conducta, morirá debido a su pecado y tú nada tendrás que temer. (Ezequiel 33, 9)
Les dirás a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo salvará si después se pone a pecar, y la maldad del malo no lo hará caer después que se haya apartado de su maldad; por la misma razón que el justo, vivirá. 13. Aunque yo le haya dicho al justo: ¡Vivirás!, si se queda en sus méritos y se dedica a cometer injusticias, quedará en el olvido su justicia y morirá debido a la injusticia que haya cometido. (Ezequiel 33, 12)
De igual modo,aunque yo haya dicho al malo: ¡Morirás! , si se aparta de su pecado y se dedica a hacer lo que es correcto y justo, (Ezequiel 33, 14)
Y cuando el malo se aparta de su maldad y se dedica a hacer lo que es correcto y justo, eso mismo le da vida. (Ezequiel 33, 19)
Prefieren lo que es malo y son como un arco que no apunta. Sus jefes morirán acuchillados por haber proferido tantas injurias, y en Egipto se reirán de ellos. (Oseas 7, 16)
«No gastes tu saliva, dicen ellos, en anunciar todas estas cosas, pues nada malo nos pasará. (Miqueas 2, 6)
Ustedes se expresan de mí muy duramente, dice Yavé, a pesar de que tratan de excusarse de que nada malo han dicho de mí. (Malaquías 3, 13)
Entonces ustedes verán cómo se trata al bueno y al malo, al que sirve a Dios y al que no lo sirve. (Malaquías 3, 18)
Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos. (Evangelio según San Mateo 7, 17)