Trouvé 50 Résultats pour: Dices

  • con esta advertencia para el rey de Judá: «Tú has puesto tu confianza en tu Dios y dices que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asur, pero es cierto que te va a defraudar. (Isaías 37, 10)

  • ¿Por qué dices tú, Jacob, y lo repites tú, Israel: «Yavé no me mira, mi Dios no se preocupa por mis derechos»? (Isaías 40, 27)

  • Ahora, escucha esto, delicada, tú que te sientes tan segura y dices: «Yo, y nadie más; no quedaré viuda, ni perderé mis hijos.» (Isaías 47, 8)

  • El que la busca sabe dónde encontrarla. Pero tú dices: «¡No, déjame!, a mí me gustan los extranjeros y tras ellos quiero ir.» (Jeremías 2, 25)

  • Sin embargo, dices: «Soy inocente ¿por qué no se aparta de mí la ira de Yavé?» Pues bien, aquí te voy a rebatir: Sí, tú pecaste. (Jeremías 2, 35)

  • ¡Y a pesar de todo, tú, oh Señor Yavé, me dices: «Cómprate este campo con plata, y toma testigos», justamente cuando la ciudad está a punto de ser conquistada por los caldeos! (Jeremías 32, 25)

  • Mas Godolías, hijo de Ajigam, le contestó a Joanán, hijo de Carea: «No hagas eso, porque no es cierto lo que dices de Ismael.» (Jeremías 40, 16)

  • Eres bien orgulllosa de tus valles, muchacha insolente; confiada en tus riquezas, dices: «¿Quién se atreverá a atacarme?» (Jeremías 49, 4)

  • Y a los desterrados les dices: Los juntaré de entre esos pueblos; los reuniré de esos países adonde han sido dispersados y les devolveré la tierra de Israel. (Ezequiel 11, 17)

  • El país de Egipto se convertirá en un desierto, en una ruina, y sabrán que yo soy Yavé. Tú dices: "El Nilo es mío, porque yo lo hice". (Ezequiel 29, 9)

  • Pues bien, escucha, tú que dices: ¡Basta de profecías contra Israel; deja de insultar a la raza de Isaac! (Amós 7, 16)

  • La soberbia de tu corazón te ha engañado a ti que habitas en las quebradas de Petra, que te cuelgas de la muralla rocosa y que dices en tu corazón: «¿Quién me hará bajar a tierra?» (Abdías 1, 3)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina